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Publicado por el 2 octubre, 2010 en Noticias, TIC y Sociedad

Teletrabajo: Más allá que trabajar desde la casa

Teletrabajo: Más allá que trabajar desde la casa

Durante la administración 2006-2010, la Secretaría de Gobierno Digital – que fue creada en este mismo período – ha liderado la incorporación del teletrabajo como una opción para la población costarricense. Se ha creado una comisión interdisciplinaria que integra importantes instituciones del país como la Dirección General de Servicio Civil, el Instituto de Seguros, el Ministerio de Trabajo, la misma Secretaría, MIDEPLAN y el ICE. Se han desarrollado pilotos en el sector público y algunas empresas privadas también han incursionado en esta forma de relación laboral.

El teletrabajo es frecuentemente entendido como la posibilidad de permanecer en algún lugar fuera de la empresa, institución u organización y cumplir con las responsabilidades que se realizarían en el lugar de trabajo. Para ello se utilizan tecnologías de información y comunicación tales como Internet, computadoras y teléfonos móviles. Esta opción laboral relativiza la importancia del control del tiempo y el espacio que tiene la labor presencial.

Es importante analizar algunas de las condiciones que implica teletrabajar. Por ejemplo, es necesario que los trabajadores tengan las mismas oportunidades de acceso a los recursos, especialmente los de información, que tendrían en la empresa, institución u organización, a pesar de estar ubicado en un lugar remoto. Esta condición implica una transformación de la gestión y una inversión en el modelo organizacional que permita disponer de estos recursos accesibles desde cualquier parte del globo.

La tecnología móvil agrega ventajas al teletrabajo, por ejemplo, no importa donde se encuentre la persona, no solamente puede ser ubicada sino que puede participar en reuniones, compartir documentos y trabajar en propuestas conjuntas. De la misma manera, la organización deberá establecer las condiciones para que la tecnología móvil sea parte integral de los sistemas de información y comunicación de la organización, incluyendo la disponibilidad de celulares para sus trabajadores-as, por ejemplo.

Es indispensable para la institución desarrollar sus procesos a partir de la consecución de resultados y la ejecución de productos en vez de llevar un control con base en horarios de trabajo como lo hacen actualmente una importante mayoría. Representa una nueva forma de organizar los recursos humanos, tanto en lo referente a su gestión como a las condiciones de su contratación.

Es fundamental que el o la teletrabajador(a) tenga las condiciones para asumir sus tareas, especialmente las ergonómicas que le garanticen su salud y las de seguridad que garanticen a la institución el buen manejo de su información.

Países como Argentina o Chile, han desarrollado estrategias de país donde destacan aspectos como la inclusión del teletrabajo en las negociaciones colectivas y la garantía de libertad sindical para los teletrabajadores. Se han establecido claramente los riesgos del trabajo del teletrabajador (a) y creado las acciones preventivas pertinentes. Se reconocen claramente los mismos derechos y garantías sociales de los trabajadores para las teletrabajadoras(es). Se han definido de antemano los puestos que son susceptibles a convertirse en teletrabajo, ya que no todos tienen la posibilidad de desarrollarse a distancia. Se garantiza que sea una decisión voluntaria del y la trabajadora, la de cambiar de modalidad de trabajo y siempre será posible devolverse a la condición anterior si así lo desea.

En el caso de algunos países se da prioridad a alguna población para optar por este tipo de empleo, por ejemplo a las personas con alguna discapacidad, adultos mayores, jóvenes desempleados(as) o mujeres embarazadas o con niños pequeños. También se comienzan a desarrollar programas de formación certificados que incluyen el desarrollo de competencias para el teletrabajo y las personas graduadas se ubican en bolsas de empleo a nivel internacional.

Hasta este momento en el país, se ha manejado una visión muy positiva del teletrabajo ya que se percibe que este mejora la productividad de la empresa y la calidad de vida del trabajador (a). Se argumentan las ventajas de evitarse el tiempo y costo de traslado que se convierten en recursos que pueden ser utilizados para la satisfacción personal, la posibilidad de un trabajo más flexible que se organice de acuerdo a productos y que permita a las personas un balance personalizado entre su vida privada y su trabajo. Por otro lado, las empresas también reducen costos al tener menores tamaños y no recibir a los trabajadores en sus instalaciones permanentemente.

Sin despreciar las ventajas que puede tener esta opción laboral, es necesario también reflexionar sobre las condiciones que deben existir y la forma en que estas se establecen para integrar el teletrabajo como una nueva forma de empleo en el país.

Es necesario que sean las instituciones garanticen las condiciones de equipamiento, conectividad y acceso a los recursos necesarios para el desempeño laboral. Es preocupante que estos empiecen a ser recargados a los y las trabajadores(as), sobre todo en momentos de pocas oportunidades laborales.

También es importante que se desarrollen las capacidades para el teletrabajo y el manejo de la tecnología necesaria para el buen desempeño, pues se corre el riesgo de que el buen rendimiento de los y las trabajadoras disminuya por la dificultad con el manejo de los recursos tecnológicos. El manejo de los recursos tecnológicos para teletrabajar debe ser responsabilidad de la empresa, organización o institución que decide optar por este tipo de relación laboral y sobre todo no debe ser un factor discriminatorio para las personas que no han tenido oportunidad de un proceso de apropiación tecnológica.

Es importante darle seguimiento a la situación de las mujeres, que aunque se incorporan en una misma medida a las demandas de teletrabajadores-as, corren mayor riesgo de tener que asumir dobles o triples jornadas al no tener que salir de sus casas para cumplir con las obligaciones laborales. De la misma manera hay que mantenerse atento sobre el impacto del teletrabajo en la capacidad de organización, movilización e incidencia de los trabajadores y trabajadoras. A pesar de la garantía de libre asociación, la poca conexión de las personas en sus espacios de trabajo puede incidir en la disminución de agendas comunes, necesidades y visiones compartidas.

La conformación de una normativa relacionada con el teletrabajo es factible si este se desarrolla con empresas, organizaciones e instituciones que se regulan a nivel nacional. Es mucho más compleja la situación de los y las ciudadanos-as costarricenses que se incorporan en empresas y organizaciones a nivel internacional y que quedan desprotegidos-as de la legislación laboral, así como de las obligaciones personales y las de las empresas que les contratan con el país que invirtió en la formación de estos recursos humanos especializados. No existe aún la regulación para que los teletrabajadores que trabajan a nivel internacional desde sus casas, ni las empresas que les contratan retribuyan al desarrollo de Costa Rica.

Es innegable que el teletrabajo puede ser una opción para algunas personas, empresas e instituciones de este país, sin embargo, hay que poner especial atención a que este sea asumido como una estrategia de país, donde cada uno asuma sus responsabilidades.