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Publicado por el 5 mayo, 2016 en Conocimiento, Sulá Batsú

Algo más que atención

Algo más que atención

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Por Shirley Salazar.

Tu vida cambia cuando te dicen que vas a ser madre o padre. Sí, ¡claro! Todo tu quehacer diario se llena de ilusión, te preparas para hacer lo mejor posible para que ese ser esté pleno y lleno de amor, aún antes de nacer. Ahora llega el momento para que el bebé se desarrolle.

– ¡Qué extraño! ¿Por qué aún no hace esto o lo otro? -. Pienso.

– Tranquilos, hay niños que van más lento -. Dice alguien más.

Pero tu corazón te dice que algo no está bien. Ves sus ojitos y puedes mirar más allá, sabes lo que te dicen: – Necesito algo más que atención -.

Empieza tu realidad. Tienes un hijo más que especial. Es quien va llenar tus días de amor y mucho trabajo. Llega el momento de saber que aprende diferente a los demás, que tienes que tener más paciencia, más imaginación y más herramientas para ayudarle.

Los resultados dicen: “Sí, tiene una capacidad cognoscitiva disminuida”. Una evaluación psicológica te confirma lo que tu corazón ya te había dicho: presenta un coeficiente intelectual inferior.

El hecho de tener menor capacidad cognitiva no siempre significa que tengan mermadas otras capacidades, inteligencias o el desarrollo físico; estas capacidades se deben explorar de la misma manera. El niño va a necesitar de una familia que sepa que su hijo es especial y sabes que si a otros les toma un tiempo aprender, al tuyo le tomará más del doble o el triple que eso.

Debes tener la valentía de decidir que prefieres un niño feliz a un niño angustiado por todo el peso del sistema educativo, tienes que verle triste porque tiene que ir a la escuela con su desventaja de aprendizaje, debes pedir a sus maestras que quieres un hijo feliz aunque eso implique que no aprenda todo lo que le aporta su educación, debes entender que las personas lo ven y asumen que es igual a todos -porque no presenta signos externos-, y tienes que hacer entender a sus profesores que ellos necesitan adecuación para aprender más, pero que a pesar de ello, son más capaces de lo que los académicos quieren asumir.

En fin… El camino no termina. Aún hay retos por conquistar y mi hijo nos tiene a nosotros su familia.