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Publicado por el 22 marzo, 2018 en Sulá Batsú, TIC y Sociedad

COLUMNA: Creación de soluciones tecnológicas para la conservación de la vida.

COLUMNA: Creación de soluciones tecnológicas para la conservación de la vida.

Como nos dice Marx, la tecnología viene a determinar el curso de la historia.

Por Rocío Jiménez. Cuando hablamos de tecnología en el siglo XXI, la palabra innovación no tarda en aparecer en nuestras mentes, sin embargo, solemos confundir este término con el de creatividad.  La diferencia consiste en que la creatividad es el acto reflexivo que posibilita hallar nuevos aspectos en lo conocido y familiar (Landau, 1987), y este acto reflexivo es la base del proceso de innovación, sin embargo, este proceso creativo no tiene un valor en sí mismo.  Para que este proceso creativo tenga un valor, se debe elaborar un prototipo, y posteriormente alguna persona debe considerar que el producto final es algo que necesita, y por esta razón, lo compra. Es decir, un producto tecnológico es innovación cuando entra en el proceso de oferta y demanda del mercado y facilita un proceso de acumulación, ya sea por plusvalía o por consumismo.

Es necesario que cuando hablamos de innovación en la tecnología la entendamos como un fenómeno social, debido a que el proceso de innovación responde siempre al sistema económico en el que nos encontramos inmersas y, por tanto, siendo parte de una economía capitalista, debemos analizarla desde el aprovechamiento que podemos obtener de estas soluciones tecnológicas.  Debemos cuestionar si desarrollamos soluciones tecnológicas para mejorar las condiciones y la calidad de vida de todas las personas o, por el contrario, promovemos un consumismo exacerbado, si estamos reflexionando sobre la plusvalía relativa o si creamos tecnologías que atentan contra la empleabilidad, que son discriminatorias, que no favorecen a mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables; Es decir, que desfavorecen la conservación de la vida.

Como nos dice Marx, la tecnología viene a determinar el curso de la historia.  Esto porque tendemos a innovar tecnológicamente de manera irreflexiva, mientras que una minoría empresarial, que se ven beneficiadas con el aumento de la plusvalía, impulsa la innovación para beneficio de unos pocos.

Reflexión para el desarrollo tecnológico. La contrapropuesta es el desarrollo de tecnologías que no pertenezcan a la gran industria, sino que, por el contrario, pertenezcan a la sociedad, con el propósito de solventar las preocupaciones de mi entorno inmediato, un desarrollo de tecnologías con perspectiva de género, ya que las construcciones culturales y sociales son reflejadas en los productos generados, ya sea reproduciendo o incrementando los estereotipos de género o promoviendo equidad.  

Una aceptación acrítica de los desarrollos de soluciones tecnológicas nos llevará a un determinismo tecnológico que nos puede estar deshumanizando, distanciando las relaciones sociales en vez de unirnos, reduciendo la necesidad de la intervención humana en actividades básicas de la vida diaria, entendiendo que con estas acciones no contribuimos a la conservación de la vida sino a su destrucción.