COLUMNA: Volver a comenzar…
Por Katherin Marín. Trescientos sesenta y cinco días al año las personas vienen y van, pasan en un constante corre y corre, caminan por la misma acera sin detenerse a observar los detalles que la delinean y caracterizan, simplemente, caminan de forma rutinaria sin pensarlo. Pero hay días de días donde se rompe el ciclo, la espinita florece y de manera sorpresiva el más mínimo detalle deslumbra y cambia la manera en cómo se perciben los espacios, las cosas, la vida o bien cambiamos porque alguien más lo ha visto antes que nosotros.
Justamente, en ese momento nos damos cuenta que ese carrusel en el que viajamos a gran velocidad empieza a detenerse con cada paso que damos, empezamos a detallar los espacios, a cuestionarnos miles de cosas, surgen más dudas y a describir cada atardecer en nuestra memoria fotográfica.
Pues ese día llegó, sin preguntar y con tanta fuerza que frena el carrusel de golpe. Jueves, es el día más largo, donde todo se detiene y el que se repite constantemente una y otra vez.
Hace un año los jueves no se pintaban de arcoíris solamente seguían su camino, pasando desapercibidos sin un mirar atrás. Hoy me permití detenerme, mirar alrededor, liberar emociones, sonreír, disfrutar, ser valiente, empática, independiente, despertar con una mirada que transmita luz y serenidad, con ganas de comerse al mundo, viajar, vivir con coraje, sentir, ser fuerte como la lítica de sus amores, me permití ser ella…